En medio de la crisis de vacunas contra la COVID-19 por la distribución desigual, el canciller de Austria denuncia “contratos secretos” de algunos países de la UE.
Un año después de que la COVID-19 fuese declarada como pandemia, la injusticia y desigualdad en la repartición de sus vacunas genera preocupaciones mundiales. En medio de tal situación crítica, Sebastian Kurz, el canciller austriaco, acusó a algunos países europeos, sin nombrarlos, de haber firmado, de forma clandestina, “contratos” con laboratorios farmacéuticos.
Kurz denunció que tal hecho contradice claramente el objetivo político de la Unión Europea (UE) de distribución equitativa de vacunas. Pidió plena transparencia sobre esos pactos secretos. Aseveró, asimismo, que el reparto no está basado en el número de habitantes de Estados miembros y advierte que tal injusticia podría agravarse aún más en los próximos meses.
Kurz expresó su preocupación sobre el desigual reparto en Europa, poco después de que el bloque comunitario extendió hasta junio el mecanismo de control de exportación de vacunas contra la COVID-19. Tal decisión limitaría el acceso a vacunas en muchos países pobres a lo largo y ancho del mundo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), así como muchos activistas y científicos advierten de que el mundo se dirige a un “apartheid vacunal” en el que los habitantes de países pobres recibirán la inyección años después que los ricos. Alertan que al permitir que el virus se propague sin freno en algunos países supone un riesgo mayor para todo el planeta.