A finales de 2020 y durante la pandemia de coronavirus, mientras el régimen israelí había intensificado sus agresiones contra el pueblo palestino en Cisjordania ocupada y la asediada Franja de Gaza, algunos Estados árabes, en lugar de tomar una postura firme y unida en contra de Tel Aviv, bajo las presiones de la Administración del entonces presidente estadounidense, Donald Trump, optaron por normalizar sus lazos con Israel con el fin de beneficiarse económicamente y compensar algunas de las pérdidas económicas causadas por la pandemia.
No obstante, desde el principio, los ciudadanos de estos países expresaron su fuerte rechazo a esta medida y reiteraron su apoyo incondicional a sus hermanos oprimidos en Palestina.
Un año después de la normalización, las protestas antisraelíes siguen en varios países árabes cuyos gobiernos intentan acercase con Tel Aviv.