El pueblo yemení está en las calles de Saná, la capital, y otras ciudades, para protestar contra el brutal bloqueo saudí, respaldado por EE.UU., impuesto al país y, por ende, al pueblo. Bajo el título: “La detención de los barcos de combustible es una decisión de EE.UU., nuestra elección son el Huracán de protestas de Yemen”.
Estas protestas tienen lugar en medio de la peor crisis de combustible que sufre ese país desde el comienzo de la invasión saudí, en 2015, ya que la coalición invasora, por órdenes de EE.UU., sigue incautando buques petroleros yemeníes que, de paso, cuentan con el permiso de entrada de la ONU, es decir, los buques yemeníes para atracar en puertos yemeníes, necesitan que la ONU les dé permiso, y que a la coalición saudí le de la gana de permitir el paso.
Lo que se ve en Saná y en otras ciudades es terrible: Además de la destrucción del país, de su infraestructura, la crisis humanitaria causada a su pueblo, ahora la presión se acentúa por la escasez de gasolina.