La prohibición, por parte de EE.UU., de importaciones de petróleo ruso viene causando estragos dentro de la economía mundial. De hecho, los precios del petróleo han subido a su nivel más alto desde la crisis financiera del año 2008.
En las gasolineras, los precios del combustible, cada vez más elevados, están volviendo añicos los ingresos de los estadounidenses, mientras que los europeos también están sufriendo las consecuencias, no solo del aumento del costo de la gasolina, sino también, de las tarifas eléctricas, lo que desemboca en una desproporcionada inflación en todos los órdenes.
En nuestra edición de hoy veremos si esta iniciativa de EE.UU. y de Europa, de sancionar a Rusia, hasta más no poder, valdrá la pena, porque las consecuencias están incidiendo también en los estadounidenses comunes, los europeos y en el mundo entero.