Quizás años atrás hubiera sido impensable una cumbre de representantes de gobierno árabes con las autoridades del régimen de Israel y mucho menos en el desierto de Néguev.
Lo cierto es que ha sucedido lo que parte de la prensa occidental reseña como una “cumbre histórica”, pero a espaldas de la causa palestina, como se ha venido denunciando desde su pueblo y naciones aliadas. Los jefes de la diplomacia de Emiratos Árabes Unidos, Baréin, Marruecos y Egipto, se han encontrado con el canciller de Israel y el secretario de estado de EE.UU., Antony Blinken.
Desde los movimientos de la resistencia palestina y sus autoridades no se da otra lectura sino la de “una traición a su causa”, considerándose tal encuentro como una ocasión más para perpetuar la agresión contra el histórico pueblo.