No parece un futuro cercano, pero la actual situación en Cataluña plantea una pregunta necesaria: ¿Es este un caso aislado o la UE está solamente presenciando el nacimiento de las primeras grietas?
La realidad es que la mayoría de países europeos lidia con los deseos de autodeterminación de una o más de sus regiones; y la crisis económica, el aumento en las cifras de inmigración y sobre todo de la atención mediática al respecto, se ha traducido en un creciente apoyo a partidos y movimientos nacionalistas y ha reavivado antiguas enemistades.
Cada cierto tiempo, conocemos una nueva solicitud de referéndum o una votación pidiendo más autodeterminación, como ocurría recientemente en el norte de Italia. Y todos estos pasos, con más o menos apoyos, con mayor o menor incidencia estatal, caminan hacia un mapa de Europa que podría ser muy distinto al que conocemos.
La idea es presentar la situación a través de cuatro bloques, uno por cada cuadrante del continente: norte, sur, este y oeste.