La ciudad siria de Al-Hasak ha sido escenario de una protesta contra las fuerzas militares de Turquía que a menudo cortan el bombeo de agua a la población civil.
Les costaba salir a manifestarse en medio de la pandemia. Pero, a los residentes de la ciudad nororiental siria de Al-Hasaka no le quedaba otra opción. Llevan meses bebiendo agua del lavabo y conviviendo con aguas residuales a su alrededor.
La planta de agua de la zona funciona perfectamente, pero es controlada por las fuerzas turcas que cortan el suministro, de vez en cuando.
Desde que Turquía ocupó Ras al-Ain, situada en la provincia nororiental de Al-Hasaka, donde se encuentra la planta de agua, los cortes son el pan de cada día de cerca de un millón de sirios que viven en la ciudad de Al-Hasaka y sus alrededores.