Culmina una cumbre más de las economías más poderosas del planeta - excepto China -agrupadas en el llamado G7.
Promesas para con dos de los desafíos más preocupantes que afronta la humanidad de hoy, un frente hacia el gigante asiático, promovido por EE.UU., e incluso una especie de roce entre los líderes de Francia y Reino Unido por motivos post-Brexit, ha sido lo más notorio tras el encuentro.
Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y el Reino Unido integran este bloque, que tiene como su principal objetivo definir posiciones respecto a temas económicos, el empleo, la seguridad o la política comercial.
Pero, con tiempo, el G7 ha venido encontrando más resistencia y rechazo de ciudadanos que manifiestan contra sus políticas más que globalizadoras - neoliberales - y que, a su juicio, ponen en peligro al medio ambiente, el desarrollo y la vida de millones de habitantes en el planeta. Esta ocasión no fue la excepción.
Y a esos reclamos de la ciudadanía en los alrededores de la sede del encuentro, se sumó en esta ocasión la de la confederación internacional Oxfam, encargada de realizar labores humanitarias en unos 90 países. Esta agrupación de ONGs hizo énfasis en que la promesa del G7 de proporcionar mil millones de vacunas anti COVID-19 para ayudar a las naciones más pobres, simplemente no es suficiente, frente a las 11 mil millones de dosis necesarias.
Quedando en este apartado la interrogante sobre ¿Y por qué no impulsar más la liberalización de patentes de vacunas de los laboratorios y farmacéuticas comerciales?
Otro tópico que ya es costumbre es estas cumbres del grupo de los siete, fue el cambio climático. Se comprometieron a movilizar 100 mil millones de dólares por año de aquí al 2025 para ayudar a que los países en desarrollo reduzcan las emisiones de carbono y ejecuten acciones concretas frente al calentamiento global.
Pero, una promesa igual se hizo en 2009, cuando los países miembros de las Naciones Unidas acordaron contribuir juntos 100 mil millones de dólares cada año hasta 2020 para los países más pobres, y el objetivo no se cumplió.
Como tercer punto a destacar, el foco estuvo en China. El presidente estadounidense no podía dejar de instar a sus aliados a hacer frente contra la potencia asiática que está prácticamente compitiendo cara a cara en las áreas económica, tecnológica e incluso militar con la potencia norteamericana. Por ello, ante la ruta de la seda china, las potencias occidentales apuestan a un plan de infraestructura global, que aún está en construcción.
A esto, Pekín ha respondido que el tiempo en que las decisiones globales eran dictadas por un pequeño grupo de países, ha quedado atrás. Evidentemente el nuevo y debatido orden mundial, la balanza entre el unilateralismo hegemónico y el multilateralismo.
¿Pretender el G7 resolver u ofrecer al mundo una “solución” enmarcada en medidas que al final poco efecto tienen en quienes más lo necesitan?
En esta edición de Detrás de la Razón por HispanTV, analizamos junto a nuestros expertos en la materia, las promesas y desafíos del grupo de los siete, frente a lo que el mundo realmente necesita hoy.
Por: Danny Pérez Díaz
IG: @Dannyperezdiaztv