Irán, la milenaria nación de Asia Occidental, finalmente acude a las urnas electorales en decimoterceras elecciones presidenciales, tras el triunfo de la Revolución Islámica de 1979.
Más de 59 millones de iraníes pueden ejercer el derecho al voto. El presidente electo tendrá un período de cuatro años. Podría darse una segunda vuelta electoral, si ningún candidato obtiene más del 50 por ciento + 1 de los votos. Además se llevan a cabo los sextos comicios de Consejos Municipales y las elecciones intermedias del Parlamento y de la Asamblea de Expertos.
En definitiva, un ejercicio democrático, en medio de un panorama álgido que le ha tocado afrontar al país, particularmente desde que en 2018, Estados Unidos se retirara unilateralmente del acuerdo nuclear firmado entre la República Islámica y otras potencias, y reimpusiera una serie de sanciones con el objetivo de aplicarle la llamada política de máxima presión.