Las protestas sociales y el descontento popular en Colombia, cada vez más parecen no ser una noticia nueva.
Solo un reflejo de la voz de una ciudadanía que sigue pidiendo un cambio de sistema, una ruptura al modelo imperante por las clases más altas del país, y justicia.
De esta manera, lo que empezó el 28 de abril de 2021 como una protesta contra un plan del Gobierno para subir impuestos a la clase media, se ha convertido en una movilización sin precedentes.
Dos meses han transcurrido ya, y las calles a nivel nacional se siguen colmando de manifestaciones, al mismo tiempo que se ha hecho presente la violencia y la mano dura del aparato policial estatal. Números de víctimas van y vienen, entre lo que se dice oficialmente y lo que presentan las organizaciones no gubernamentales.
Aunque desde el Gobierno de Iván Duque se han echado para atrás algunas reformas planteadas, no ha sido suficiente para calmar el descontento social y aún son muchas las demandas existentes, como una reforma a la Policía y un Estado más solidario para lidiar con los estragos económicos de la pandemia, que elevó la pobreza del 37 al 42 por ciento de la población.