El presidente de Cuba aseguró a EE.UU. que no puede hacerse pasar por el gran salvador del pueblo cubano, mientras su bloqueo es la mayor violación de DD.HH.
La Revolución defiende los derechos de todos los cubanos, pero no se debe poner en peligro la independencia del país. Es la reacción del presidente, Miguel Díaz-Canel, a las manifestaciones del domingo, que la Habana asegura fueron un intento de desestabilización promovido desde Estados Unidos.
El mandatario recordó que las dificultades económicas que sufre el país, son la consecuencia del embargo de Washington, que ha provocado pérdidas millonarias a la economía de la isla.
Desde la Casa Blanca, el presidente estadounidense mostró su respaldo a las marchas que argumentó que son pro-democracia.
Sin embargo, el inquilino de la Casa Blanca, no hizo referencia al impacto devastador del bloqueo en la vida de millones de cubanos. Un punto que fue mencionado por el canciller Bruno Rodríguez, quien condenó el cinismo de Washington en asuntos de Cuba
Fuera de Cuba, han sido varios países los que han repudiado el pronunciamiento de Estados Unidos sobre los incidentes del domingo, a la cabeza de ellos, Rusia.
Cuba asegura que ha recibido cientos de mensajes de solidaridad de las organizaciones de derechos humanos y de países que se han mostrado en contra de las medidas coercitivas de Washington y su discurso intervencionista hacia Cuba.