El 19 de julio de 1979, el Frente Sandinista de Liberación Nacional de Nicaragua, bajo el liderazgo de Daniel y Humberto Ortega, y contando con el amplio apoyo popular, acabó con la dictadura de los Somoza, una autocracia que había gobernado durante 40 años reprimiendo a la oposición obrera, campesina y estudiantil, así como a algunos grupos de terratenientes.
El FSLN había levantado varios frentes de combate a lo largo de los años. Las diferentes tendencias de la izquierda firmaron un acuerdo de unidad con el Frente Sandinista, por el cual decidieron combatir hasta la victoria.
Unos días antes del triunfo final, mientras la correlación militar y política favorecía al Frente Sandinista, que controlaba los puntos estratégicos de la patria, Anastasio Somoza se fugó a los Estados Unidos. La llegada del Frente Sandinista al poder significó que el pueblo pasó a ser el dueño del destino del país.