El 6 y el 9 de agosto de 1945 son dos días trágicos, no solo para los japoneses, sino también para toda la historia de la humanidad. Son los días en los que fueron soltadas, por los estadounidenses, las primeras bombas nucleares sobre Hiroshima y Nagasaki, causando la muerte súbita de más de 100 000 personas.
El primer artefacto, “Little Boy”, hizo estallar una carga de 15 000 toneladas de TNT. Tres días después, la Fuerza Aérea estadounidense, mientras sobrevolaba la ciudad de Kokura, lanzó la segunda bomba atómica, “Fat Man”, sobre Nagasaki.
En el marco de la Segunda Guerra Mundial, el entonces presidente de Estados Unidos, Harry S. Truman, autorizó los dos bombardeos, so pretexto de que Japón no había aceptado la rendición que los aliados le habían impuesto por medio de la Declaración de Postdam.
El 12 de agosto, el emperador japonés Hirohitooficializó el anuncio de rendición y el 14 de agosto Japón aceptó los términos del Acta de Rendición. El 2 de septiembre de ese mismo año la rubricó, finalizando así, de forma oficial, la guerra.