El líder de Hezbolá, Seyed Hasan Nasralá, advierte a Israel de un duro revés si comete alguna estupidez contra El Líbano, que es la línea roja de la Resistencia.
En declaraciones ofrecidas este sábado con motivo del 15.º aniversario de la victoria de la Resistencia en la Guerra de 33 días contra Israel en julio de 2006, el secretario general del Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá) ha asegurado que el régimen de Israel teme un enfrentamiento y ataques de represalia de la Resistencia libanesa.
Al respecto, ha mencionado el reciente conflicto surgido entre Israel y Hezbolá en el sur de El Líbano, cuando el movimiento libanés golpeó el viernes con decenas de cohetes las posiciones del régimen de Tel Aviv en el norte de los territorios ocupados en respuesta a sus ataques aéreos contra algunos objetivos en la parte sureña del país árabe.
Nasralá ha precisado que los israelíes pensaban que si atacan áreas boscosas, no habría reacciones debido a la coyuntura actual en El Líbano, y tenían planeado lanzar ataques contra la infraestructura libanesa en los próximos días después de estos ataques. “Por lo tanto, la operación que tuvo lugar la noche del jueves fue una operación peligrosa”, ha aducido.
Sin embargo, ha proseguido Nasralá, Hezbolá decidió dar una respuesta rápida a las agresiones, pues tomó esa decisión sin ninguna prisa y perfectamente calculada, apuntó contra la tierra abierta para evitar aterrorizar a los civiles palestinos que residen en la zona.
“Como ellos afirmaron que no invadieron una zona residencial, Hezbolá hizo lo mismo y en el pleno día atacó las granjas de Shebaa, muy cerca a las bases militares del régimen israelí, y asumió la responsabilidad de la ofensiva en un comunicado emitido. (…) Somos tan valientes que asumiremos la responsabilidad de todo lo que hagamos, y nuestra declaración es tan firme como nuestra lluvia de cohetes”, ha subrayado el número uno de la Resistencia libanesa.
En alusión a ciertos análisis que los medios israelíes publicaron tras la respuesta de Hezbolá sobre su plan para establecer nuevas ecuaciones, Nasralá ha dejado claro que la respuesta de movimiento buscaba reforzar las ecuaciones anteriores que tenía, proteger el país y advertir al enemigo en el campo que cada agresilón aérea tendrá una respuesta definitiva y, por supuesto, en el momento y método adecuados.
“Por lo tanto, el enemigo debe hacer cálculos precisos en caso de cometer cualquier estupidez, y debe saber que toda el área de El Líbano y toda la geografía de este país es nuestra línea roja, incluso si este ataque se lleva a cabo contra áreas deshabitadas”, ha asegurado.