Ante los avances del grupo armado Talibán en Afganistán, el Gobierno de Kabul pide ayuda internacional.
Asimismo, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) pide a las partes, sobre todo a los talibanes, que pongan fin a sus combates para evitar más víctimas. Los combates terminaron en el desplazamiento de muchas familias que se sienten la inseguridad.
En Afganistán, la situación de seguridad se vuelve cada vez más precaria. Los talibanes avanzan rápidamente y continúan sus ataques contra el Ejército afgano. Tomaron el martes el control de Farah, capital de la provincia homónima en el oeste del país, la séptima capital provincial capturada por los insurgentes en cinco días. El Gobierno afgano instó a la comunidad internacional a ejercer mayor presión sobre los talibanes para detener su ofensiva. Además pidió más ayuda para las familias desplazadas por los combates. Eso después de que un nuevo ataque del grupo en el norte y el noreste provocó que decenas de miles de personas huyeran de sus hogares.
En este mismo marco, la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, expresó su preocupación por la escalada de combates y las violaciones de los derechos humanos. Pidió a ambas partes que dejen de luchar, en particular a los talibanes, y a que pongan fin a las operaciones militares en las ciudades.
La intensificación del conflicto en Afganistán ha provocado un aumento en el número de víctimas civiles. Según el Comité Internacional de la Cruz Roja, cada vez se hace más difícil para las organizaciones de salud brindar servicios a las personas necesitadas.
En este mismo contexto, el pueblo afgano, cansado de muchos años de guerra e inseguridad, reitera que quiere la paz y que el Gobierno y los talibanes deberían resolver los problemas mediante la negociación.
Mientras aumentan los combates, los representantes del Gobierno, los talibanes, la ONU, la Unión Europea (UE) y otros países, EE.UU. entre ellos, se reunieron este martes en Doha, capital catarí, para abordar la escalada del conflicto. Sin embargo, el expresidente afgano, Hamid Karzai, culpó de la situación la falta de seguridad en el país, azotado por décadas de una supuesta guerra contra el terrorismo lanzada por la OTAN y EE.UU. Además, criticó las políticas de Washington y su plan de paz con el grupo talibán.