La comunidad internacional reacciona a la toma del poder por Talibán en Afganistán. Algunos con sorpresa, otros con angustia, y el resto con miedo y desesperación.
Alemania subraya el fracaso total de las políticas de Occidente en el país asiático y China denuncia el terrible caos que EE.UU. ha generado.
Mientras las desgarradoras escenas del aeropuerto de Kabul dan la vuelta al mundo, el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, destaca el fracaso de las políticas de Occidente, en especial de EE.UU. y los países europeos, en Afganistán.
Desde China acusan a Washington de dejar un terrible caos en el país asiático. Dicen que su papel no es más que el de destrucción y desestabilización.
Rusia, a su vez, ve como positivas las garantías de los talibanes en materia de libertad de opinión.
Por su parte, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha justificado la retirada de las fuerzas extranjeras, lideradas por EE.UU., tras 20 años de invasión. Subrayó que las fuerzas de la alianza combatieron con valentía en Afganistán, pero reconoció que no consiguieron controlar el país.