China arremetió contra llamados de EE.UU. para crear una alianza en el sureste asiático contra Pekín en el conflicto territorial en el mar de la China Meridional.
No cesa la guerra verbal entre China y EE.UU. El choque retórico entre las dos potencias comenzó con las palabras de la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, en sus recientes visitas a Singapur y Vietnam, donde aseguró que Estados Unidos apoyará a sus aliados del sureste asiático respecto a las disputas marítimas en el mar de China Meridional. Pekín no tardó en defenderse. Afirma que Washington es quien se inmiscuye en los asuntos regionales y perturba la paz.
Harris aseguró que su país da la bienvenida a la competencia con China, sin embargo, intentó unir a los países de la región contra las llamadas amenazas de la nación asiática. Esta conducta es tachada y denunciada por Pekín como un comportamiento hegemónico.
La tensión no se limita solamente a la escena militar. En el campo tecnológico, Pekín tildó de complot político de EE.UU. y Canadá, el arresto de la número dos del gigante de las telecomunicaciones Huawei, Meng Wanzhou.
La visita de Harris es considerada como un paso más en la agenda de la Administración Joe Biden por recuperar su rol geopolítico en dicha región y una estrategia estadounidense más amplia para enfrentarse a China a nivel mundial. Sin duda, es un objetivo difícil en vistas al sostenido crecimiento del gigante asiático.