Tras años de los ataques israelíes contra palestinos, los cuerpos de más de 330 muertos siguen retenidos por Israel, sin funeral ni despedidas de sus familiares.
Una de las víctimas es Ahmed Erekat, baleado brutalmente en junio de 2020 en Jerusalén (Al-Quds) por los soldados israelíes. Transcurrido un año, aún su familia no ha podido recuperar su cuerpo sin vida para darle un entierro digno.
Las organizaciones pro derechos humanos han condenado, en reiteradas ocasiones, las políticas del régimen de Israel por negarse a devolver los cuerpos de las víctimas palestinas. Afirman que las familias tienen una herida abierta y un dolor latente al no poder enterrar ni decir adiós a sus seres queridos.