Israel abre su embajada en Baréin entre la ira del pueblo bareiní que salió a las calles para protestar contra esta traición de los Al Jalifa a los palestinos.
El canciller del régimen israelí, Yair Lapid, llegó el jueves a Baréin durante la primera visita ministerial al reino insular desde que se establecieron formalmente las relaciones bilaterales en 2020, e inauguró junto con su homólogo bareiní, Abdul Latif al-Zayani, la embajada de Israel en Manama, la capital de esta pequeña monarquía del Golfo Pérsico.
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Sin embargo, esta inauguración y, en general, la normalización de lazos entre Israel y Baréin, ha sido rechazada de manera tajante por buena parte de la nación bareiní, que la considera como una traición a su relación de larga data con los palestinos.
Los activistas y opositores bareiníes se congregaron el jueves en diferentes partes del país para protestar contra la visita de Lapid, portando pancartas en las que se leía “Salgan de Baréin”, “Muerte a Israel”, “No a la embajada sionista en el Baréin islámico”.
A su vez, el líder bareiní, sheij Isa Qasem, condenó la visita de Lapid a su país y, además de tachar de “despreciable traición” la normalización de lazos con el enemigo sionista, dijo que suponía la medida como una de las guerras políticas del régimen de los Al Jalifa contra el pueblo bareiní.
La visita de Lapid tiene como objetivo promover los acuerdos de normalización impulsados por EE.UU. entre Israel y varios países árabes.
El régimen de los Al Jalifa normalizó lazos con el régimen israelí el año pasado en un acuerdo negociado por EE.UU. y con esta polémica decisión ha convertido a Baréin en el cuarto país árabe, y el segundo del Golfo Pérsico, en establecer relaciones diplomáticas plenas con Israel, tras los Emiratos Árabes Unidos (EAU), Egipto (1979) y Jordania (1994). Tras ello, Sudán y Marruecos firmaron también los pactos similares con el régimen israelí.