Chile celebra el lunes el segundo aniversario del estallido social contra el sistema político social y económico, heredado de la dictadura de Augusto Pinochet.
Era el 18 de octubre de 2019 cuando un grupo de estudiantes hizo un llamamiento a protestar contra la subida del precio del billete de metro, desencadenando una ola de protestas por la igualdad, que se convirtió, con el paso de los meses, en la mayor crisis social en los 31 años de democracia en Chile.
Al principio, el Gobierno del presidente Sebastián Piñera pensaba que podía apagar la revolución del pueblo, por eso utilizó todos los medios de represión a través de su policía militarizada, los Carabineros. Hubo exceso en el uso de la fuerza, violaciones de los derechos humanos, detenciones y gases lacrimógenos, pero el Gobierno no pudo doblegar la voluntad del pueblo.
Nadie imaginaba entonces que ese gesto de rebeldía abriría un nuevo capítulo en la historia de Chile, ni que en esa misma fecha, un 18 de octubre, pero dos años después, se iniciaría la redacción de una nueva Carta Magna, la primera que nace de un proceso plenamente democrático en la historia del país.
Ahora, pese a que se han alcanzado varios de los objetivos, falta mucho para poder celebrarlo a lo grande.
Los chilenos se preparan para esta fecha, el 18 de octubre. En vísperas del segundo aniversario del levantamiento social se registraron nuevos enfrentamientos entre manifestantes y los Carabineros.
La marcha exigía la liberación de todos los detenidos durante el estallido social, y la rendición de cuentas a los agentes por el abuso excesivo de fuerza contra los manifestantes.
Pese a los dos años de avances en materia constituyente, todavía son muchas las heridas que permanecen abiertas. Una de estas es la brecha entre los representantes elegidos para redactar la constitución. Otra es el indulto a los manifestantes, que todavía no ha sido materializado, y juzgar a los violadores de DDHH.