Todas las investigaciones sobre los crímenes de guerra y los abusos cometidos por los soldados británicos en Irak se han cerrado sin emprender acciones judiciales.
El Service Police Legacy Investigations (SPLI) del Reino Unido, que tenía la responsabilidad de emprender investigaciones respecto a las denuncias de civiles iraquíes sobre comportamientos delictivos graves de soldados británicos desde 2003 hasta 2009, ha puesto fin esta semana a sus pesquisas sin enjuiciar ni a un soldado británico.
Por su parte, el secretario británico de Defensa, Ben Wallace afirmó el martes que el SPLI se han examinado 1291 acusaciones contra las tropas británicas en 2017, que un total de 178 de ellas fueron perseguidas formalmente.
El organismo que investiga las acusaciones ahora “ha cerrado sus puertas” oficialmente sin que se haya llevado a cabo ni un solo enjuiciamiento como resultado de las denuncias, afirmó el titular británico al respecto.
En sus declaraciones en la Cámara de los Comunes en Londres (la capital británica), Wallace dijo también que, si bien algunas eran ciertas, pero juzgar la credibilidad de las denuncias había sido un “desafío significativo a lo largo de las investigaciones”.