Hablar de Honduras es recordar aún el golpe de Estado en 2009 que depuso al entonces presidente Manuel Zelaya, y que reprimió de una manera brutal a numerosos hondureños que rechazaron aquel atentado a la democracia.
De la misma manera, cuando se habla de Honduras, no puede dejar de mencionarse al récord que tiene el país como una de las naciones más violentas del mundo y a su vez uno de los territorios de donde más salen migrantes hacia el norte en busca de una mejor calidad de vida.
Incluso aún los titulares de líderes sociales y ambientalistas asesinados año tras año por su lucha, y un presidente vinculado al narcotráfico pero con el soporte de Estados Unidos, no dejan de llamar la atención sobre esta nación.