El 16 de junio de 1976, cerca de 15 000 estudiantes sudafricanos se congregaron en el distrito de Soweto, a las afueras de Johannesburgo, para protestar contra el régimen del apartheid y la aplicación de la ley que imponía el afrikáans como idioma obligatorio para aprender algunas materias.
La marcha estudiantil fue reprimida brutalmente por la Policía y un total de 566 niños murieron.
La masacre de Soweto supuso un antes y un después en la historia de la lucha contra el apartheid. Con estos hechos sangrientos, la crueldad y la violación de los derechos humanos en el país africano quedaron al descubierto.