Casi un año y medio después del golpe de 2019 contra el expresidente Evo Morales, Bolivia muestra documentos que evidencian el envío de municiones y material bélico por parte del expresidente argentino, Mauricio Macri, y su homólogo ecuatoriano, Lenín Moreno, que fueron usados por las fuerzas policiales en Bolivia para reprimir las protestas populares contra el gobierno de facto de Jeanine Áñez, donde murieron decenas de personas y resultaron heridas cientos más.
Bolivia señala que investiga si Chile y Brasil también tuvieron algún papel en la convulsión social que se desencadenó en el país andino en 2019. No obstante, el principal dedo acusador apunta hacia Estados Unidos.
Dicen que la Administración del expresidente estadounidense Donald Trump marcó una hoja de ruta para el golpe de Estado de 2019.