Periodista: “El mundo quiere la respuesta de esta pregunta, ¿cómo es que usted no supo de esta operación?” Príncipe: “Algo que debería saber, ¿qué hacen diariamente tres millones de personas que trabajan para el Gobierno saudí? Es imposible que tres millones envíen su informe diario al líder.”
Es decir, yo no fui, ni siquiera supe y ni me enteré; así le contestaba el príncipe heredero de Arabia Saudí, Muhamad bin Salman, a una entrevistadora del programa estadounidense “60 Minutes”, en 2019 sobre la muerte del periodista Jamal Khashoggi, descuartizado en el consulado saudí de la ciudad turca de Estambul.
Para entonces se había filtrado un informe de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) de EE.UU. que apuntaba hacia el príncipe heredero como presunto responsable de la autoría intelectual del macabro descuartizamiento del periodista del Washington Post.