Para las mujeres panameñas el Estado es cómplice del deterioro de sus condiciones de vida y trabajo, profundizado durante el último año de la pandemia.
Durante el último año de la pandemia el número de femicidios en el país tuvo un repunte respecto a los últimos 6 años.
El primer año de la pandemia por la COVID-19 no ha expuesto solo el deterioro que enfrenta el Estado panameño en aspectos como salud o educación, para las mujeres también significó un retroceso en su lucha por obtener la igualdad de derechos y condiciones.
La restricción de movilidad, que en el país incluyó medidas de circulación binaria, se convirtió en un escollo que pudo incidir en esta disminución de denuncias, aunque los 31 femicidios registrados en 2020 son la cifra más alta de los últimos seis años.
Según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) una de cada dos mujeres no tiene vínculo con el mercado laboral, una situación que además de la profundización de la brecha de género en este periodo de pandemia, también pondría en peligro sus pensiones.
Apenas el 40 % de los asegurados cotizantes en la Caja de Seguro Social (CSS) son mujeres y de las que se encuentran en edad de trabajar un aproximado del 25 % llegarían a obtener una pensión. Según explican algunos analistas, la equiparación de oportunidades laborales entre hombres y mujeres, tendría incluso un impacto positivo para la economía del país.
John Alonso, la Ciudad de Panamá.