En Paraguay, centenares de personas salieron a las calles para pedir la renuncia del presidente Mario Abdo Benítez debido a su mal manejo de la pandemia.
Asunción (la capital de Paraguay) y otras ciudades fueron testigo de la gran marcha anual campesina, un desfile convocado por la Federación Nacional Campesina y la Coordinadora Nacional Campesina e Indígena, que constituye la principal acción para la reivindicación de derechos para ese sector, considerado columna vertebral de la economía del país suramericano.
Entre sus reivindicaciones se destacan una reforma agraria y un nuevo modelo de estado que solvente el problema estructural de las tierras y acabe con el aprovechamiento de latifundistas y transnacionales. Exigen asimismo la renuncia del Gobierno al acusarlo de corrupto y ladrón.
Los manifestantes repudiaron también la precariedad en que mantienen al pueblo, que ahora también tiene que aguantar el colapso sanitario.
Paraguay vive desde hace varias semanas movilizaciones populares en protesta por la poco efectiva gestión del gobierno frente al coronavirus.
De hecho, la oposición acordó hacer una moción contra el mandatario para iniciar un juicio político, pero el Parlamento lo anuló. Esta decisión desató una ola de indignación nacional.