Jerusalén, una ciudad sagrada para musulmanes, cristianos y judíos, ha experimentado enfrentamientos casi todas las noches desde el comienzo del mes sagrado de Ramadán.
La policía del régimen israelí impidió que los palestinos musulmanes se reúnan durante este mes sagrado en la Puerta de Damasco y erigió barreras metálicas para detenerlos.
Estas acciones se coiniciden con la retórica violenta del régimen israelí. De hecho, tiempo atrás, Netanyahu aseguraba que “Jerusalén no es un asentamiento, Jerusalén es nuestra capital”. Sin embargo un rabino lo desmiente: “El pueblo judío no tiene una capital. Nunca tuvimos una capital. Los países tienen una capital. Los estados tienen capital. Esa es la definición de capital.”
Por su parte, el historiador Ilan Papé lo deja claro: "Una limpieza étnica es la idea de que está usando el poder para convertir un lugar mixto en un lugar étnico puro, y eso es lo que Israel está haciendo desde 1948 hasta hoy".
Lo cierto es que los palestinos se manifestaron asegurando que las fuerzas israelíes “quieren imponer su soberanía sobre los palestinos”. Asimismo, entre los congregados hubo un grupo de más de 300 supremacistas ultraderechistas que pasaron por las calles gritando “muerte a los árabes” y otras consignas racistas.
Hablamos sobre su experiencia en Palestina, el diálogo interreligioso y el Papa Francisco con el sacerdote Claudio Uassouf, de la parroquia San Antonio.
Además, Biden “reconoce” el genocidio armenio. ¿Reconocerá entonces lo sucedido con los pueblos de Irak, Ruanda o de la misma Palestina?
Y mientras avanza el juicio por el asesinato de George Floyd, la violencia policial en EE.UU. contra los afroamericanos no se detiene. ¿Qué dicen las cadenas de noticias?
Los medios dominantes tal vez no tengan cura, pero al menos dudemos de aquellas “píldoras” que pretenden que traguemos.