Cada año la Policía de EE.UU. asesina alrededor de 1000 personas y menos del 2 % de los involucrados en mutilaciones de civiles llegan a cortes o procesos legales.
Según informes, la Policía estadounidense mata cada año cerca de 1000 personas y los mutilados triplican o más estas cifras. Sin embargo, ni el 2 % de los oficiales involucrados verán una corte. La Policía se investiga a sí misma y como cabe de esperarse, nunca se halla culpable. En este informe conversamos con la familia de Sebastián Gregory, víctima de los uniformados y sus balas.
Sebastián Gregory recibió nueve tiros en la espalda en 2012. Un policía exactamente trató de detener al joven y le acribilló sin hacer mayores preguntas. Y sin hacer mayores preguntas también transcurrió un caso que dejó a toda una familia sin respuestas y sin justicia.
A diferencia de otros países, la Polícia de Estados Unidos dispara primero y pregunta después y, a la cultura de violencia también se le suma un sistema de impunidad que obstaculiza y pospone indefinidamente todo intento de reforma sustancial al sistema de interacciones o procedimientos de los uniformados con los distintos segmentos demográficos de la sociedad.
Conversamos, también con el hermano de Frank Ordoñez, asesinado a tiros por la Policía en medio de una balacera con fugitivos. Tampoco aquí llegó la justicia, aunque el caso resonó en medios internacionales.
Estos globos simbolizan a Sebastián, sus sueños y futuro que nunca fue. Lo que queda es su memoria y la de miles más de inocentes cuyas familias seguirán luchando hasta que se haga justicia.
Marcelo Sánchez, Miami.