El 5 de junio de 1940 y en medio del desconcierto de la comunidad internacional, Adolf Hitler ordenó la aniquilación total de las fuerzas francesas y, tres días después, las Fuerzas Armadas alemanas rompieron las líneas de defensa galas en el noreste del país.
Los alemanes ganaron varias batallas audaces y lograron poner de rodillas a las poderosas fuerzas francesas. La visita de los líderes nazis a la ciudad de París (la capital de Francia) al poco de consumarse su ocupación se convirtió en una imagen histórica que plasmó el ruido de los sables alemanes.