Unos 400 indocumentados en Bélgica llevan más de un mes en huelga de hambre para presionar al Gobierno a que regularice su estancia.
Algunos de los huelguistas afirman que llevan más de una década viviendo y trabajando en el país, pero que no tienen acceso a una asistencia sanitaria adecuada ni a prestaciones.
Yaser Meduni, un joven argelino de 26 años, que llegó a Bélgica hace cinco, añadió que algunos de los migrantes hacen cosas extremas para protestar contra el silencio administrativo, incluso tragarse una hoja de afeitar.