Poco a poco Irán va demostrando su capacidad de reinventarse y salir adelante en tiempos donde se le ha impuesto desde Washington, las peores políticas de presión, que han sido calificadas por las autoridades persas como terrorismo económico.
No es un secreto que la pasada Administración de Donald Trump, desde el 2018 impuso amplias sanciones destinadas a poner fin a todas las exportaciones de petróleo de Irán, castigando a cualquier país que adquiriera el producto al país persa y en beneficio de sus aliados, Arabia Saudí y el régimen de Israel.
Además en los dos últimos años, el geoestratégico Golfo Pérsico ha sido epicentro de tensiones e intentos de injerencia por parte de Washington, también con sus aliados en la zona.
Es por ello que Irán destaca como un nuevo logro la inauguración de una nueva terminal de exportación de crudo en el mar de Omán. En principio porque es la primera vez en la historia que el país puede exportar su crudo fuera de las aguas del Golfo Pérsico.
Algo que redunda en la diversificación de Teherán de su exportación petrolífera, y sus barcos evitarán atravesar el estrecho de Ormuz para llegar a la terminal petrolera de Jarg en el Golfo Pérsico.