Una epidemia de violencia de pandillas está azotando Haití. En Haití corre el riesgo de deteriorarse con la inestabilidad política que generó el asesinato de Moise.
Hambrientos, luchan por conseguir una posición mejor en la fila de una gacha acuosa que se sirve tras la parte trasera de un camión. Para los haitianos desplazados, ésta es la vida cotidiana: Una lucha permanente para sobrevivir, a pocas cuadras de los vecindarios en los que las pandillas masacran a civiles e incendian casas.