Una llamada crisis migratoria se ha desatado en la desértica zona norte de Chile, por donde cruzan la frontera miles de migrantes de Venezuela, República Dominicana, Colombia, Perú y Bolivia.
Las autoridades los persiguen y expulsan, o los dejan abandonados a su suerte sin albergue ni asistencia alguna. Movimientos de corte fascista aprovechan la crisis para impulsar ataques racistas. ¡Muchos los odian por su pobreza!