La impía alianza entre el régimen israelí y dos potencias árabes, a saber, los Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Arabia Saudí, ha propiciado un terreno adecuado para la delincuencia, especialmente en el ciberespacio.
No ha transcurrido mucho tiempo desde que el mundo se viera sacudido por una amplia gama de ciberataques llevados a cabo por estos países mediante Pegasus, el notorio software espía producido por la empresa israelí NSO Group.
Ahora ha quedado claro que tanto Abu Dabi como Riad han estado utilizando otro software espía, desarrollado por otra firma, la israelí Candiru, socavando la privacidad y amenazando la libertad de expresión.