El 4 de diciembre marca el aniversario de la captura del avión no tripulado espía RQ-170 de EE.UU. por el Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica de Irán.
La aeronave fue derribada en 2011 con daños mínimos mientras sobrevolaba ilegalmente el espacio aéreo de la República Islámica de Irán en la ciudad nororiental de Kashmar, situada a unos 225 kilómetros de distancia de la frontera con Afganistán, país desde donde hizo su ingreso al espacio aéreo del país persa.
El presidente de Estados Unidos Barack Obama (2009-2017), tras varios días de guardar silencio sobre el asunto, finalmente solicitó a Teherán la devolución del dron de reconocimiento.
No obstante, Irán consideró la misión del avión no tripulado estadounidense como un “acto hostil” y presentó una denuncia ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) por la violación de su espacio aéreo.
Expertos del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán lograron descodificar completamente la memoria del aparato que fue exitosamente sometido a la ingeniería inversa durante dos años.
El país persa anunció en diciembre de 2020 que había conseguido producir drones, cuyo alcance se sitúa en un récord sin precedentes de 4400 kilómetros, recurriendo al uso de ingeniería inversa sobre el modelo RQ-170, diseñado y desarrollado por la empresa estadounidense Lockheed Martin.
Irán se encuentra entre los cinco primeros países del mundo en la fabricación de drones y misiles, y tal y como han reconocido muchos expertos y observadores, se ha convertido en una superpotencia en cuanto a la tecnología de aviones no tripulados, burlando de las sanciones impuestas por EE.UU.
De acuerdo con expertos militares, un pilar del poderío defensivo de cada país es la Fuerza Aérea, e Irán ha obtenido importantes logros en este campo y ha conseguido producir avanzados sistemas antiaéreos, misiles, drones y radares, así que es uno de los ocho países del mundo capaces de fabricar radares pasivos y cuenta con modelos únicos fabricados por jóvenes técnicos y expertos iraníes.
La República Islámica ha asegurado en reiteradas ocasiones que su capacidad militar es su línea roja y su doctrina de defensa se basa completamente en la disuasión, de hecho, el país persa nunca ha iniciado una guerra, pero siempre está preparado para defender su soberanía ante cualquier tipo de agresión.