La crisis humanitaria en Afganistán ha llegado a niveles catastróficos, luego de 20 años de ocupación estadounidense que, literalmente, destruyó al país en todos los órdenes.
Una vez que las fuerzas estadounidenses deciden abandonar el país, a sabiendas de que el grupo Talibán retomaría el poder, el Gobierno de Joe Biden decide confiscar el dinero afgano que está en bancos extranjeros, decidiendo unilateralmente que la mitad de ese dinero será destinado a los familiares y víctimas de los atentados del 11-S y la otra mitad, para ayuda humanitaria que ellos distribuirán como les plazca.
Las protestas NO se hicieron esperar y la crisis humanitaria está llegando a su máxima expresión cuando es VOX POPULI que muchos afganos y afganas están vendiendo SUS PROPIOS RIÑONES por cantidades miserables de dinero para poder comer y alimentar a sus familias. Siendo víctimas de operaciones defectuosas, la gran mayoría de ellos queda en un estado de salud paupérrimo que le impide trabajar, aunque sea haciendo el más mínimo esfuerzo.