La mañana del 20 de marzo de 2003, una coalición liderada por Estados Unidos invadió Irak bajo el pretexto de luchar contra el terrorismo.
Los informes dicen que uno de cada ocho soldados estadounidenses que regresan de la guerra sufre trastornos psicológicos. José es uno de esos soldados que sabe exactamente qué es la guerra. Perdió el 40 por ciento de su cerebro en una explosión de mina en la ciudad iraquí de Ramadi.
La fotografía de Eugene Richards, de José y su madre Nélida, es solo una de una serie de imágenes impactantes publicadas como parte de una colección llamada “La guerra es personal”, que muestra las condiciones desgarradoras de estos soldados.