La Fiscalía de EE.UU. insiste en que el presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, se asoció con el supuesto narcotraficante Geovanny Fuentes Ramírez.
EE.UU. insiste en que el presidente hondureño buscó enriquecerse con la venta de cocaína producida en un laboratorio de drogas.
El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, no solo recibió sobornos del narcotráfico, sino que se asoció con el negocio para enriquecerse. Es la acusación hecha por la fiscalía federal de EE.UU. durante la conclusión de un juicio contra el supuesto narcotraficante Geovanny Fuentes Ramírez, en Nueva York.
Según el fiscal Michael Lockard, el mismo Fuentes Ramírez, cuando se encontró con el líder del cártel de Los Cachiros en la cárcel de Nueva York, le contó que tuvo dos reuniones en 2019 con el presidente Hernández y que le había pagado sobornos en ambas reuniones. Encuentros que se dieron por primera vez en 2013. Así lo explicó el mismo acusado, negando contactos directos en el juicio.
Fuad Jarufe, era el propietario de la arrocera Graneros Nacionales que lavaba dinero para el supuesto narcotraficante.
En una de esas reuniones, Hernández, habría declarado su intención de meterles drogas por las narices a los estadounidenses, en referencia a una supuesta voluntad de enviar grandes cantidades de cocaína a Estados Unidos.
Según los fiscales, Tony Hernández, hermano del presidente hondureño, es quien dirigía el trafico de drogas para Juan Orlando.
Tony fue hallado culpable de narcotráfico a gran escala en Nueva York en octubre de 2019, y su sentencia, aplazada varias veces, está prevista para el 30 de marzo. Puede ser condenado a una pena máxima de cadena perpetua.