A pesar del veredicto de un jurado de Minneapolis contra Dereck Chauvin, ex policía y asesino de George Floyd, la brutalidad de las agencias del orden persiste.
Culpable. Tal es el veredicto de un jurado en contra del asesino de George Floyd: así es como Dereck Chauvin, ex policía de Minneapolis, pasará a la historia. Sin embargo, mientras esto ocurría, en Ohio, otro policía emprendía a tiros contra Ma'Khia Bryant, de 16 años. A pocos metros del cadáver de la joven, oficiales fueron grabados celebrando “las vidas azules”, es decir, la policía.
Los activistas utilizan el poco tiempo disponible que les permite la ley para expresar su rechazo a la impunidad de los uniformados.
Y es que reportes indican que desde 2005 solo 7 policías han sido condenados por asesinato. Sin embargo hay más de 15 000 casos que quedaron archivados.
En adición a ello, estados como la Florida han implementado legislaciones que criminalizan acciones sociales que exigen justicia para las víctimas de la policía. Muchos enfrentan serios cargos por el solo hecho de manifestar su opinión.
Irónicamente, quienes justifican a las fuerzas del orden en Estados Unidos prefieren ignorar hechos como el asalto de insurrectos y neozanis al Capitolio de Washington el pasado enero. Allí varios oficiales del orden fueron atacados por una turba mayoritariamente de raza blanca.
Pero cuando se trata de afroamericanos o latinos asesinados por la policía, la narrativa cambia de rumbo y las víctimas son culpables y los oficiales absueltos de culpa.
Marcelo Sánchez, Miami.