El presidente de Túnez, Kais Said, ordenado por EE.UU. y su aliado israelí, está instalando una dictadura en el país, opina un analista.
Este miércoles, Said prorrogó una vez más la suspensión del Parlamento y la retirada de la inmunidad a todos los diputados. Eso se trata de la tercera vez que amplia estas medidas excepcionales desde que el pasado mes de julio anunciara la suspensión de las actividades del Parlamento y la destitución del primer ministro tunecino, Hichem Mechichi, arguyendo que el objetivo de estas medidas era garantizar el regreso a un funcionamiento regular del poder público “lo antes posible”.