A casi una semana a las parlamentarias de Irak, el presidente del país árabe asegura que estos comicios representan un punto de inflexión para la nación.
El próximo domingo, los iraquíes elegirán a los 329 miembros del Parlamento de entre más de 3200 candidatos. Los comicios, que serán los quintos de este tipo, tras el derrocamiento del régimen de Saddam Husein, contarán con la participación de observadores internacionales para garantizar su transparencia
El mandatario iraquí, Barham Salih, rechazó cualquier injerencia extranjera durante el proceso electoral y enfatizó que son los propios iraquíes los llamados a determinar su futuro.
Por su parte, el primer ministro iraquí, Mustafa al-Kazemi, llamó al pueblo a participar en las elecciones, enfatizando que ya es hora de fortalecer la confianza de la nación hacia el Gobierno, a través de las urnas, para poner fin a las diferentes crisis que vive el país árabe, tanto por las actividades desestabilizadoras de EE.UU. y los grupos terroristas, como los problemas sociopolíticos, entre otros.
De todos modos, la coalición que gane la mayoría de los escaños en el Parlamento, tendrá que afrontar enormes retos y exigencias del pueblo: mejorar el bienestar social, recuperar la estabilidad, establecer la seguridad, y por si fuera poco, reconstruir la infraestructura dañada del país.