El 29 de noviembre de 2010, el mundo se vio sorprendido por la mayor filtración en la historia del periodismo, el “Cablegate”.
Las portadas de los periódicos Der Spiegel, Le Monde, New York Times, The Guardian y El País presentaron titulares sobre más de 250 000 cables diplomáticos del Departamento de Estado de EE.UU. que ofrecían una imagen sin adornos de la política exterior estadounidense en documentos provenientes de embajadas estadounidenses en todo el mundo, revelados por WikiLeaks.
Esta filtración de información puso en riesgo el Gobierno de EE.UU., pues en dichos documentos se ponía de relieve que este había dado instrucciones a sus diplomáticos para que espiasen a políticos extranjeros y altos funcionarios de la ONU.