Como en las heroicas batallas que labraron el fin de la dictadura de Augusto Pinochet, en los años 80, el pueblo chileno supo encontrar el punto de unidad elemental que le garantiza al menos la salvación física.
El socialdemócrata Gabriel Boric se impuso sobre el neofascista José Kast por un margen de más de diez puntos porcentuales en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales.
Tras haber perdido estrechamente la primera vuelta, Boric, a sus 35 años de edad, es el presidente más joven y el más votado en la historia de Chile.