El 9 de enero de 1987, Ali tomó su cámara para hacerles unas fotos a sus compañeros soldados. Junto a Abbas, esperaba en uno de los búnkeres para deslizarse por el pasillo en el momento justo.
La bala disparada desde un Simonov iraquí le dio a Abbas e inmediatamente después le impactó en la frente a Ali. Con el último rollo de película que había puesto en su cámara, Ali capturó su propio final.