Desde el ascenso de Muhamad bin Salman como príncipe heredero de Arabia Saudí, este reino ha tratado de ofrecer un perfil bastante atractivo de sí mismo mediante una serie de cambios de imagen.
Permitir que las mujeres conduzcan por primera vez en la historia del reino, abrir cines en todo el país después de décadas y albergar eventos deportivos internacionales, son cuestiones que forman parte de un plan mayor, desarrollado por los saudíes, en un intento por transformar su país en una nación moderna y lo suficientemente segura para las inversiones extranjeras.
Sin embargo, de vez en cuando el reino asoma su fea testa, mostrando su verdadero rostro. La trágica muerte del profesor Musa al-Qarni en la prisión de Dhahban recuerda una vez más, a la comunidad internacional, el grave historial de derechos humanos del reino.