El 24 de junio de 1948 dio inicio uno de los primeros y más simbólicos episodios de la Guerra Fría, el bloqueo de Berlín occidental.
Tras la Segunda Guerra Mundial, Alemania quedó confiada a la administración de los Aliados y Berlín fue dividida en cuatro zonas bajo control de la URSS, EE.UU. Francia y Gran Bretaña.
En el marco de la escalada de tensiones entre las potencias comunistas y capitalistas, la URSS decidió bloquear por tierra las zonas aliadas de Berlín, aprovechando la ubicación de la ciudad en el territorio alemán que se hallaba bajo su control.
El bloqueo se mantuvo hasta mayo de 1949 y contribuyó, de forma decisiva, a la cristalización de la división de Alemania, creándose en mayo de 1949 la República Democrática Alemana y en octubre de ese mismo año la República Federal de Alemania.